Resumen

Los enfoques no farmacológicos pueden ser útiles para controlar enfermedades infecciosas. Históricamente, la infección se ha manejado con éxito con métodos de terapia de oxidación que apoyan las propias defensas innatas del cuerpo. Varias modalidades incluyen terapia con ozono y oxígeno hiperbárico, irradiación ultravioleta de sangre (UBI), peróxido de hidrógeno intravenoso y terapias con ascorbato. Las terapias de oxidación son prácticamente 100% seguras y se ha informado repetidamente como altamente efectivas y rápidas para sofocar infecciones (bacterianas y virales), ya sea como terapias independientes o como coadyuvantes con fármacos. Son germicidas directa e indirectamente y modulan el sistema inmunológico a través de moléculas de señalización prooxidantes. Las terapias de oxidación mejoran especialmente el suministro de oxígeno y el metabolismo, que son fundamentales para todas las defensas contra las infecciones. El ozono ha remitido el ébola, el COVID-19 y las infecciones bacterianas. UBI derrotó a la mayoría de las infecciones de la era anterior a los antibióticos en los hospitales. Al no ser una terapia con medicamentos, los efectos de las defensas contra la oxidación, utilizadas por la vida animal planetaria durante millones de años, no son disminuidas por organismos resistentes a los antibióticos. La oxidación, dependiendo del método de administración, puede ser muy económica y adaptable al tercer mundo. Este capítulo resume el uso de estas modalidades clave, explorando la literatura publicada conocida.

Autor
Robert Jay Rowen

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Rowen, Robert Jay (2021) Oxidation and “Unconventional” Approaches to Infection. Reference Module in Biomedical Sciences, Elsevier, ISBN 9780128012383,
https://doi.org/10.1016/B978-0-12-818731-9.00182-8.

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